Iniciar la jornada laboral con un bocadillo de jamón de bellota con pan refregado con un tomate natural puede completar a la perfección una dieta mediterránea equilibrada.
El bocadillo, que se utiliza principalmente en el desayuno o la merienda, adquiere cada vez más, carácter de elemento gastronómico y en no pocas ocasiones sustituye a una comida o a una cena, ya sea por urgencia, placer o como rito social, aunque no debe convertirse en hábito y llegar a ser sustitutivo permanente.
El pan contiene hidratos de carbono de absorción lenta, lo que significa que antes de absorberse en el organismo, éstos deben descomponerse en hidratos de carbono simples (glucosa) para poder ser asimilados, lo que supone una liberación de la glucosa más lenta que conlleva que los niveles de azúcar en la sangre se mantengan más bajos y estables durante más tiempo, aportando sensación de saciedad. Todas estas virtudes combinadas con el complemento adecuado pueden multiplicarse para formar parte de cualquier dieta sana, variada y equilibrada.
Entre esas posibilidades, el pan con tomate natural y jamón ibérico se posiciona como una de las mejores opciones. A las proteínas de alto valor biológico que aporta el jamón ibérico de bellota y a los ácidos grasos insaturados -principalmente ácido oleico- cuyos efectos cardiosaludables han sido ampliamente demostrados, se les suma la excelente fuente de carbohidratos complejos que proporciona el pan para el adecuado funcionamiento de nuestro organismo (más fibra si elegimos pan integral). Si el bocadillo se combina además con tomate natural, aportaremos compuestos antioxidantes y vitaminas, que mejorarán la absorción de hierro, mineral especialmente abundante en el jamón ibérico de bellota, muy necesario en la infancia y en mujeres gestantes.
No entiendo cómo puede haber gente que no le guste el pan con tomate y jamón ibérico. ¡Es una delicia!
¡No puedo resistirme a un buen pan con tomate y jamón ibérico! ¡Delicioso y saludable!